La concesión del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, ha exacerbado drásticamente la tensión en el enfrentamiento político por el futuro de Venezuela. La noticia la ha situado en el centro de la atención mundial, vigorizando su movimiento y consolidándola como la protagonista principal en el creciente conflicto entre el presidente Nicolás Maduro y la administración de Donald Trump.

12/10/2025. Machado, de 58 años, fue galardonada con el Premio de la Paz por haber organizado una campaña electoral victoriosa el año pasado contra Maduro, a pesar de que este ignoró los resultados, se declaró vencedor y reprimió a quienes cuestionaron su permanencia en el poder.
El viaje peligroso y el exilio forzado
La tensión se disparó con la confirmación de que Machado había salido de Venezuela y viajaba a Oslo para participar en las festividades del premio, una decisión tomada tras pasar más de un año en la clandestinidad. El Instituto Nobel Noruego describió su viaje como de “peligro extremo”. Aunque no se presentaron detalles claros sobre cómo ni cuándo salió del país—con reportes que van desde su salida en barco hasta afirmaciones privadas de funcionarios venezolanos de que se marchó días antes con el conocimiento del gobierno—la última aparición pública de Machado había sido en una protesta en Caracas en enero.
El anuncio de su inminente llegada a Oslo inyectó un giro dramático a la narrativa política: la líder, reconocida por su lucha por la democracia, estaba a punto de reunirse con partidarios en un momento crucial para Venezuela. Sin embargo, la ausencia de Machado en la ceremonia de entrega del premio en Oslo el miércoles, con su paradero desconocido al final del día, mantuvo el misterio, aunque estaba previsto que se reuniera con el primer ministro noruego el jueves.

El gobierno de fugitiva y el riesgo del destino de exiliado
La decisión de Machado de abandonar Venezuela implica riesgos políticos significativos a largo plazo para la oposición, ya que líderes anteriores se han debilitado en el exilio. El gobierno venezolano ha advertido que Machado sería considerada una fugitiva si sale del país. Analistas y personalidades gubernamentales afirman que es muy improbable que Maduro le permita regresar sin un acuerdo que asegure la permanencia de su gobierno en el poder, en un contexto en el que cientos de seguidores de la líder han sido encarcelados.
Según Geoff Ramsey, experto en Venezuela, este es un momento vital para Machado, cuyo principal obstáculo es asegurarse de que puede convertir este reconocimiento en el desencadenante del cambio, en lugar de que se limite a un exilio prolongado.
En el extranjero, la ganadora del Nobel tendrá una plataforma para presionar de manera más eficaz a Estados Unidos y a otros aliados internacionales en favor de su causa. Ramsey señala que esta es una oportunidad para que Machado intente dirigir la estrategia de Washington más claramente hacia el cambio de régimen.

El discurso: la “larga marcha hacia la libertad” y el terrorismo de estado
En la ceremonia, fue la hija de María Corina Machado quien leyó el discurso íntegro de aceptación en Oslo. En él, Machado presentó la historia de Venezuela como la de un pueblo en una «larga marcha hacia la libertad». Recordó que el país redactó la primera Constitución del mundo hispanohablante en 1811, que consagraba la dignidad soberana del ser humano.
El discurso analizó cómo la concentración de los ingresos petroleros creó incentivos perversos, otorgando un inmenso poder al Gobierno que degeneró en corrupción y clientelismo. A partir de 1999, el régimen desmanteló la democracia, violando la Constitución, manipulando elecciones y utilizando la riqueza petrolera—la cual fue «robada» en un «saqueo histórico»—como herramienta de opresión y para comprar lealtad en el extranjero. Esto llevó a que nueve millones de venezolanos se vieran obligados a huir.
Ante la desesperación, la oposición se unió para llevar a cabo elecciones primarias, un «acto de rebelión improbable» basado en la confianza en el pueblo. Este esfuerzo cívico unió a los venezolanos con el «propósito sagrado» de reunir a las familias dispersas por la migración. Las primarias, celebradas el 22 de octubre de 2023, se convirtieron en el renacimiento de la confianza nacional, donde la participación fue abrumadora y Machado recibió un mandato popular.
A pesar de que el régimen le prohibió postularse a la presidencia, la fuerza popular se volcó hacia Edmundo González Urrutia, quien ganó con el 67% de los votos en las elecciones del 28 de julio de 2024, una victoria documentada por las hojas de recuento que miles de ciudadanos arriesgaron su libertad para proteger.
La respuesta de la dictadura a esta «abrumadora victoria» fue el terrorismo de Estado: 2,500 personas secuestradas, torturadas y desaparecidas. El discurso denunció que los más de 220 niños detenidos tras las elecciones fueron electrocutados y golpeados para incriminarse falsamente, y que las mujeres y niñas encarceladas están siendo sometidas a esclavitud sexual.

El difícil equilibrio de la portavoz de la democracia
El Nobel, según Machado, recuerda al mundo que la democracia es esencial para la paz, y que la lección de Venezuela es que para tener democracia, hay que estar dispuesto a luchar por la libertad. El amor por el país, afirmó, ya ha puesto en marcha el futuro, prometiendo que «Venezuela volverá a respirar» y que los presos políticos y exiliados regresarán a casa.
Sin embargo, el alto perfil público de Machado conlleva un mayor escrutinio de sus políticas. Machado rechaza cualquier negociación con Maduro, argumentando que solo abandonaría el poder por la fuerza, y ha sido una firme defensora de la campaña de presión militar de Trump. Christopher Sabatini, experto en América Latina, señaló que el apoyo explícito a acciones violentas sin el debido proceso podría exponer a Machado a críticas de belicismo, lo que podría reducir su apoyo internacional.
Machado ha sido criticada por sus declaraciones, incluyendo la exageración de los vínculos de Maduro con el narcotráfico y la amplificación de afirmaciones desacreditadas sobre el amaño electoral en Estados Unidos en 2020. Sabatini la describe como «la portavoz de la democracia en Venezuela», pero enfrentando un difícil equilibrio, ya que un apoyo insuficiente a las políticas de Trump podría «desencadenar la ira de un presidente que ha demostrado ser muy susceptible».
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En esencia, la líder venezolana se encuentra en la encrucijada de transformar el prestigio del Nobel, que celebra la voluntad popular manifestada en las primarias y elecciones, en un motor de cambio sin caer en el riesgo del exilio prolongado o en el descrédito internacional por su postura confrontacional. El premio ha elevado la voz de quienes se negaron a rendirse ante la dictadura, preparando al país para una «transición ordenada de Venezuela hacia la democracia»
Redacción Albitrio Fabrepe para DHH.
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