La tierra tembló, el cielo se partió y el mar se levantó como nunca antes. A la 1 p.m. del martes, Hurricane Melissa —una bestia ciclónica con vientos de 185 mph— desgarró la costa suroeste de Jamaica, marcando uno de los momentos más violentos en la historia meteorológica del Atlántico.
10/28/2025.
“¡Última oportunidad para proteger tu vida!”, advirtió el Centro Nacional de Huracanes. No era una metáfora. Era una sentencia.
Melissa no llegó sola. Traía consigo paredes de agua, ráfagas que superan los 230 mph en zonas montañosas, y una presión atmosférica tan baja (892 mb) que la coloca en el podio de los huracanes más intensos jamás registrados. Su ojo, de apenas 10 millas de diámetro, se convirtió en el epicentro de una devastación que ya ha cobrado al menos siete vidas en el Caribe.
Jamaica bajo asedio
Desde primeras horas del martes, los vientos comenzaron a desgarrar techos, arrancar árboles y cortar comunicaciones. Las lluvias, que podrían alcanzar hasta 40 pulgadas, amenazan con provocar deslizamientos mortales en las zonas montañosas. En palabras del meteorólogo Phil Klotzbach: “Melissa está entre los titanes de la historia”.
El primer ministro Andrew Holness lo dijo sin rodeos: “La magnitud de Melissa superará a cualquier huracán que hayamos enfrentado, incluso a Beryl.”
Una tormenta que obliga a retroceder
Incluso los aviones cazadores de huracanes tuvieron que abortar misión. La turbulencia dentro del ojo era tan feroz que un vuelo de reconocimiento fue obligado a regresar por seguridad. Mientras tanto, en tierra, los residentes se refugiaban en baños, sótanos y habitaciones sin ventanas, siguiendo las instrucciones desesperadas de las autoridades: “Póngase un casco. Cúbrase con un colchón. No salga, ni siquiera cuando el ojo pase.”
Lo que viene: Cuba, Bahamas y más allá
Tras arrasar Jamaica, Melissa se dirige hacia el sureste de Cuba, donde se espera que toque tierra como un huracán de categoría 3 o 4. Luego, cruzará hacia las Bahamas y podría rozar Bermudas antes de perder fuerza en el Atlántico. Aunque Estados Unidos no sufrirá un impacto directo, se esperan marejadas y erosión costera en la costa este.
Redacción DHH sobre lectura de agencias
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