En medio de un clima político regional marcado por el estancamiento integrador y las tensiones nacionalistas, el presidente de Uruguay Yamandú Orsi irrumpe con una propuesta que desborda los límites clásicos del Mercosur. Lejos de reducirse a una simple zona de libre comercio, Orsi plantea al bloque como una plataforma geopolítica de alcance global, capaz de tejer una alianza estructural con Europa basada no solo en mercancías, sino en valores comunes, cooperación normativa y proyección política conjunta.

07/01/2025. Para Orsi, el acuerdo Mercosur-Unión Europea —paralizado durante años por disputas ambientales, asimetrías productivas y agendas internas— no debe ser resuelto de forma bilateral ni depender de los tiempos de Brasil. Lo que propone es un rediseño del proceso que parta de un diagnóstico regional compartido, con decisiones multilaterales que reflejen los intereses de todos los países miembros.
Con la frase “crear una comunidad de 800 millones de personas”, Orsi no lanza un eslogan vacío: plantea un cambio de paradigma. Una comunidad transatlántica, donde las diferencias políticas y económicas no sean obstáculo, sino punto de partida para una integración más profunda, sustentada en derechos laborales, estándares ambientales y mecanismos comunes de resolución de conflictos.

🏛️ Del Mercosur comercial al Mercosur estratégico: ¿una refundación regional?
La propuesta de Orsi llega en un momento clave. Mientras sectores conservadores presionan por mayor apertura unilateral hacia China o EE. UU., él insiste en que el Mercosur debe negociar como bloque unido, con musculatura política, o corre el riesgo de disolverse en acuerdos fragmentarios que debiliten su identidad y poder de negociación.
Esto implica una transformación institucional: pasar de un modelo anclado en aranceles y cupos a otro centrado en armonización regulatoria, integración tecnológica, movilidad ciudadana y políticas exteriores coordinadas. Algo que va mucho más allá de lo económico.
📌 Tres claves del enfoque Orsi:
- Multilateralismo interno: evitar que un país hegemonice las decisiones del bloque.
- Narrativa compartida: construir un relato regional que conecte con la ciudadanía, no solo con los tecnócratas.
- Alianzas estratégicas como iguales: dejar atrás la lógica de subordinación y negociar con la UE como interlocutores simétricos.
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🌍 ¿Es posible una comunidad política entre América del Sur y Europa?
En esencia, Orsi desafía tanto a quienes ven al Mercosur como una herramienta agotada, como a quienes apuestan por el aislacionismo nacional. Su visión se alinea con los desafíos del siglo XXI: bloques económicos que devienen actores políticos, defensa de soberanías sin caer en proteccionismos, y búsqueda de relevancia global desde el sur.
La pregunta que queda en el aire: ¿están los demás países del Mercosur dispuestos a abandonar sus agendas cortoplacistas para construir ese nuevo rol estratégico? Porque, como bien insinúa Orsi, sin comunidad política no habrá ni integración profunda ni poder regional real.
Redacción DHH
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