El incendio en Ciudad Juárez no frena el sueño americano de migrantes
Cientos de migrantes, agobiados por la incertidumbre y el miedo, se entregaron a las autoridades estadounidenses en la frontera con México después del incendio que cobró la vida de 39 extranjeros en un centro migratorio en México.
En busca de refugio y documentos legales, los migrantes caminaron en grupos por el margen del río Bravo para entregarse a las autoridades estadounidenses, con la esperanza de resolver su situación migratoria.
Sin embargo, las autoridades estadounidenses cerraron el Puente Santa Fe para evitar que los migrantes cruzaran en grupo como ocurrió hace unas semanas. El gobierno mexicano informó que se han identificado a ocho posibles responsables del incendio en la estación migratoria y que todos los posibles implicados en la tragedia serán citados a rendir declaración, incluyendo al director del Instituto Nacional de Migración de México.
La presencia de migrantes en la zona se ha intensificado este año debido a las nuevas medidas anunciadas por Estados Unidos, incluyendo la deportación inmediata de migrantes de Haití, Venezuela, Nicaragua y Cuba que lleguen ilegalmente bajo el Título 42. El gobierno mexicano también ha sido criticado por aceptar las políticas estadounidenses y desplegar a más de 20 mil agentes de las Fuerzas Armadas en las fronteras para tareas migratorias. El año pasado fue el más trágico para los migrantes en México, con cerca de 900 muertes en el intento de cruzar sin documentos hacia Estados Unidos, según organizaciones civiles mexicanas.
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Los migrantes han expresado su descontento y sufrimiento en busca de justicia y trato humano en medio de la crisis migratoria. Es vital que los gobiernos de México y Estados Unidos trabajen juntos para encontrar soluciones humanitarias a esta situación. La vida de cada migrante es valiosa y debe ser protegida. Los derechos humanos deben ser respetados en todo momento y en todas las circunstancias, especialmente en situaciones de vulnerabilidad como la que enfrentan los migrantes en la frontera. Esperamos que tanto el gobierno de México como el de Estados Unidos tomen medidas concretas para garantizar que los migrantes sean tratados con dignidad y respeto en lugar de criminalizarlos.
Los migrantes merecen una oportunidad de mejorar sus vidas y las de sus familias, y es deber de los gobiernos garantizar que esta oportunidad se les brinde. Pedimos a la comunidad internacional que se una a nosotros en la defensa de los derechos humanos y la protección de los migrantes en todo el mundo.
Redacción DHH con información de EFE