banner

 
Suramerica

Argentina: Milei ante el momento más decisivo de su gobierno

Comparte!!!

Los días de otoño se le están haciendo eternos al Gobierno de Milei. Cada ronda de los mercados exhibe mayor incertidumbre, y la espera de la oficialización del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se le hace interminable.

03/30/2025. La inquietud tuvo un pico el miércoles a la noche, tras la novena jornada consecutiva de pérdida de reservas, y terminó con Luis Caputo llamando a Kristalina Georgieva para pedirle que lo autorice a difundir la cifra del acuerdo, con el objetivo de moderar la incertidumbre.

Para el jueves se armó el operativo contención. Antes de que abrieran los mercados, el ministro de Economía salió a decir que la Argentina recibiría US$20.000 millones, pero sin dar mayores precisiones. Después habló Julie Kozack, la vocera del Fondo, y evitó confirmar la cifra. Otra vez las dudas. La conferencia de Manuel Adorni se pasó de las 11 a las 12 para dar respuesta a ese punto crítico, pero cuando aún estaba respondiendo preguntas, el presidente Javier Milei salió por radio para volver a descartar una devaluación y minimizar las turbulencias al decir que era “irrelevante la cuestión cambiaria”.

Todas manifestaciones de la urgencia por dar señales de sosiego, ganar tiempo y llegar hasta la reunión del directorio del Fondo. Dicen que hubo otra gestión para que el viernes el FMI confirmara el monto del paquete de ayuda. Pero los mercados a veces no escuchan las palabras, sino que ven los gestos, y lo que terminaron percibiendo de toda la secuencia fue confusión e imprecisión.

En la reunión de gabinete de ese mismo jueves y en charlas reservadas durante la semana, Caputo transmitió que el acuerdo ya está cerrado pero que el problema es que hay esperar la próxima reunión del board para dar todos los detalles. De hecho el adelantamiento de la cifra fue una licencia no habitual. En esas conversaciones en la cima del poder el ministro y el Presidente dejaron trascender algunos datos que son clave para el futuro del modelo económico.

Puedes leer: Argentina: acuerdo FMI de 20,000 millones de dólares – Dehablahispana

Precisaron que el programa que se está conversando va implicar una salida del crawling peg para pasar a un esquema de flotación cambiaria administrada, con un cronograma determinado, que en un plazo fijado concluya en una flotación libre sin intervención del Banco Central. “No va a ser un ‘vamos viendo’, va a ser un proceso diseñado”, aclaran quienes los escucharon.

En paralelo, se procederá al levantamiento gradual de las restricciones cambiarias, que no se postergará para después de las elecciones como se había especulado. “Nos imaginamos una salida rápida del cepo. No vemos razones para que haya un salto brusco porque vamos a tener US$50.000 millones para una base monetaria de US$26.000 millones, que se va a mantener constante. Vamos a un esquema de neoconvertibilidad”, se entusiasman en la Casa Rosada, a pesar que algunos economistas objetan esa cuenta y señalan que hay que tomar la base monetaria ampliada, que supera ampliamente esa cifra.

En una exposición esta semana el economista Ricardo Arriazu, muy respetado en el universo libertario, dijo que “no alcanza para salir del cepo” el monto prometido con el Fondo porque serían necesarios US$35.000 millones, y exhibió sus dudas sobre el éxito de una flotación “si la gente sigue considerando al dólar como unidad de cuenta. Este programa se basa en que la gente quiera pesos y que no se emita. Y eso no está pasando ahora”.

En el Gobierno asumen que los US$20.000 millones del acuerdo serán “de libre disponibilidad”. Este es un punto crucial y aún genera muchas dudas. Según fuentes con acceso al FMI, la burocracia del organismo lo máximo que podría aceptar serían US$6.000 millones frescos, más US$14.000 millones para pagar vencimientos, con lo cual salir del cepo sería muy difícil.

Por eso durante su última visita a Washington Caputo, Santiago Bausili José Luis Daza habrían intentado convencer al secretario del Tesoro, Scott Bessent, de ampliar el monto de fondos frescos hasta US$20.000 millones, más los US$14.000 millones para vencimientos, una idea que el funcionario no habría desechado, pero que exigiría una intervención política de Donald Trump. En la Casa Rosada aseguran que ya está definido que más allá del monto definitivo no se desembolsará todo desde el inicio, pero sí que “la mayor proporción entrará en el inicio del programa”.

El Presidente se aproxima al momento más decisivo de toda su gestión, al test definitivo de su programa económico, que hasta ahora funcionó a partir de una fuerte convicción fiscal y un régimen monetario austero, pero que ahora requiere dar el paso final hacia la liberación cambiaria. Se van a poner en juego los principales postulados de Milei y de Caputo: si pueden salir del cepo sin que se devalúe la moneda, si efectivamente no hay pesos suficientes para que una corrida se lleve puesto todos los dólares y, finalmente, si se puede encontrar un valor de equilibrio que permita estabilizar definitivamente la economía sin afectar la producción local.

Desde la mirada oficial, este desafío hubiese sido deseable afrontarlo después de las elecciones de octubre, pero los hechos se precipitaron. En parte, por los efectos globales de las medidas arancelarias de Trump, pero también porque el crawling peg estaba exhibiendo agotamiento. Algunos aseguran que Caputo había propuesto a principio de año no bajarlo a 1%, cuando varias monedas del mundo se devaluaron, pero que al final primó la necesidad de anclar expectativas inflacionarias, con vistas justamente a las elecciones. Ahora el riesgo es mucho mayor porque están en un punto de no retorno. Si el Gobierno atraviesa con éxito este Rubicón, tendrá allanado no sólo el camino hacia octubre sino de cara a las reformas estructurales que aspira a hacer. Si no, entrará en una dimensión desconocida.

Nueva etapa

El segundo año de la gestión de Milei se inició, políticamente hablando, con su discurso en Davos. Hasta ese 23 de enero continuaba la inercia triunfal del 2024, donde la estabilidad económica y la centralidad política le daban al Presidente una holgura inesperada cuando llegó al poder. Hoy el escenario es más complejo. Y en ese contexto hay dos interrogantes que rodean a la estrategia oficial, durante mucho tiempo incuestionable. El primero: si las mismas lógicas (económicas, políticas, comunicacionales) que resultaron exitosas en el primer tramo, mantienen su vigencia en este nuevo escenario. En el entorno presidencial las respuestas son contundentes: “No vemos ninguna razón para cambiar. No hay replanteos; al contrario, vamos a profundizar lo que venimos haciendo”.

DHH con información de lanacion.com.ar

 - 
Arabic
 - 
ar
Bengali
 - 
bn
German
 - 
de
English
 - 
en
French
 - 
fr
Hindi
 - 
hi
Indonesian
 - 
id
Portuguese
 - 
pt
Russian
 - 
ru
Spanish
 - 
es