Dede sus trincheras radiales, La poderosa 670 AM y cadena azul 1550 AM soñaba todos los dias por ver a Cuba en democracia.

Es falso que haya muerto en Miami como dicen otros medios. Quizá su cuerpo si esté en la Florida, pero quien lo conoció sabe que su alma y su corazón permanecían en la Cuba que anhelaba, que respiraba y que transpiraba por cada poro de su piel.

Logré conocerlo, tuve la oportunidad de visitar 4 o 5 veces su oficina. Entrabas y te transportabas a Cuba, a sus sueños. No es una oficina impecable, sino más bien llena de muchas cosas que te hacen sentir que era su sitio de trabajo mientras tanto, mientras conseguía la libertad en Cuba.

Gorras, diplomas, premios, camisas, banderas, todo con alusión a Cuba. Siento que sus medios no eran para facturar dinero, o al menos no lo fundamental, sino parlantes para gritar a los 4 vientos de la mejor forma que él lo sabía hacer, que la isla necesitaba un cambio político que permitiera la libertad de sus connacionales.

Su lucha fue reconocida por todos, y sus emisoras son refugio para todos los latinos que tengan algo importante que aportar para la búsqueda de los valores democráticos en el continente. Entras en la radio y es una especie de OEA radial; nicaragüenses, venezolanos, cubanos, argentinos, y colombianos todos aportando algo para la democracia latina.

Don Jorge, todos los latinos le agradecemos su lucha, pero sobre todo los cubanos. Esa emisora es un raro caso de medio de comunicación, porque el radioescucha se siente parte de sus emisoras. No es un slogan, sino una realidad. Llaman para aportar, para mejorar la emisora. Era común escuchar que un oyente le dijera al locutor: pásame al Sr. Jorge que tengo algo que comentarle.

Honor y respeto a su lucha.