La pregunta es: ¿La concepción del premio como lo estableció Alfred Nobel en su testamento, se alinea con este logro?

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Manuel Cruz, analista geopolítico, destaca la controversia internacional generada por el reciente Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado. Este anuncio ha eclipsado la fuerte expectativa que existía en torno al expresidente estadounidense Donald Trump, especialmente después de que Israel ratificara, horas antes, la primera fase de un acuerdo.

10/10/2925. Según Cruz, este pacto debería, en teoría, iniciar la retirada de una porción significativa de las fuerzas militares israelíes del territorio de Gaza para buscar su pacificación.

La disparidad de méritos: Machado vs. Trump

Manuel Cruz reconoce el inmenso valor de la lucha de Machado: la describe como una «labor titánica» al enfrentar políticamente al régimen encabezado por Nicolás Maduro y considera a la líder venezolana como una «gigante latinoamericana de la lucha democrática».

Sin embargo, el analista sostiene que, con «todo el respeto del mundo», la pregunta central es si la concepción del Premio Nobel, tal como la estableció Alfred Nobel en su testamento, se alinea con este logro. Cruz afirma que, desde el punto de vista de la concepción, María Corina Machado «no se lo ha ganado todavía».

En un contraste tajante, Manuel Cruz está «convencido» de que Donald Trump «lo merecía seis veces por encima de ella». Solo los Acuerdos de Abraham, gestados desde el año 2020, ya consolidaban méritos suficientes. El esfuerzo de Trump por lograr el cese de la matanza en la región, impulsado por intereses tanto nacionales como por su deseo de paz, es un logro que, según Cruz, no puede ser ocultado, y que fortalece la imagen global de Trump como promotor de la paz, incluso sin haber recibido el galardón.

El fantasma de Birmania: un precedente histórico de controversia en el Nobel

Manuel Cruz aborda la decisión del Comité Nobel trayendo a colación el caso de la líder birmana, Aung San Suu Kyi. El analista incluye su nombre entre los Premios Nobel considerados «controversiales,» junto a figuras como Henry Kissinger, Yaser Arafat y el primer ministro israelí Bejín. Cruz establece este paralelismo con la situación actual de María Corina Machado, recordando que a la líder birmana se le concedió el galardón por su lucha a favor de la democracia. Precisamente por el historial de este galardón, Cruz expresa su deseo de que el premio de Machado no sea un caso «parecido a ese».

La controversia en torno a Aung San Suu Kyi se intensificó con el tiempo. Manuel Cruz explica que la líder birmana fue «cuestionada» debido a lo ocurrido posteriormente: cuando se desató la persecución y la matanza contra la minoría Rohinyá (Rojinya). Se le acusó formalmente de no haber realizado «absolutamente nada» para luchar contra esta situación. Algunos críticos, incluso, llegaron a afirmar que ella «hasta apoyó eso». Este precedente histórico es crucial para la argumentación de Cruz, demostrando el riesgo inherente de otorgar el Nobel a líderes cuya posición política activa puede obligarlos a tomar medidas que desacrediten los ideales de paz del premio.

El precedente Obama: el riesgo de premiar a un líder en mandato

El analista Manuel Cruz aborda una crítica recurrente al Comité del Nobel: la peligrosidad de otorgar el premio a un líder político que recién comienza su mandato o cumple el segundo.

Cruz recuerda el precedente del expresidente Barack Obama, a quien se le entregó el premio apenas seis meses después de asumir la presidencia. Posteriormente, Cruz señala, se consideró que esa decisión «pudo haber sido una equivocación». Esto se debe a que los intereses nacionales y la política exterior impuesta al líder de la potencia mundial más importante pueden obligarle a tomar acciones que contrasten drásticamente con los ideales de paz, lo que podría desacreditar tanto al comité como al premio.

El complejo ajedrez de la paz en Gaza: intereses ocultos

El acuerdo de paz recientemente ratificado, que Trump consideraba un triunfo personal merecedor del Nobel, es un pacto multifacético impulsado por una «multiplicidad de cosas», incluyendo intereses políticos, geoestratégicos, geopolíticos y geoeconómicos.

Manuel Cruz detalla las principales motivaciones geoestratégicas:

  1. Victoria política para Israel: Para el Primer Ministro Vivi Netanyahou, quien tiene «innumerables acusaciones de temas de corrupción», el acuerdo es un triunfo crucial para mantenerse en el poder. Cruz enfatiza que, en la práctica, los puntos planteados en el acuerdo son una victoria para Israel, sin mencionar siquiera Cisjordania (Judea y Samaria), territorio que, según Cruz, está «prácticamente ocupado por Israel».
  2. Necesidad de EE.UU. de pivotar hacia China: Desde una óptica geopolítica, Cruz explica que Estados Unidos necesita que Medio Oriente «se pacifique» y que Israel lo controle. Esto es necesario para que Washington pueda concentrar sus intereses nacionales y su poderío en la región Indo-Pacífico, enfocándose en el «tema China». Para EE. UU., continuar invirtiendo tiempo y recursos en Medio Oriente ya no tiene sentido estratégico.
  3. Crisis de imagen global de Israel y EE.UU.: Cruz sostiene que Israel «perdió la guerra comunicacional» por haber ido más allá de la legítima defensa, siendo percibido como un «agresor innecesario». Además, las acciones de Israel, como el ataque en territorio catarí, generaron una «adversión unánime» en el mundo musulmán, dañando la imagen de Trump y de EE. UU. como sus apoyadores. Finalmente, el acuerdo busca calmar el problema interno generado por las manifestaciones universitarias en favor de la causa palestina.

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Sombras e interrogantes sobre la durabilidad del acuerdo

A pesar de que la finalización de la violencia era una necesidad urgente, Manuel Cruz plantea serias dudas sobre la capacidad del acuerdo para consolidarse y mantenerse:

  • El desarme de Hamás: Aún no existe una manifestación clara de que Hamás esté de acuerdo con el desarme. Cruz se pregunta «¿quién va a supervisar ese desarme» y si entregarán todas las armas.
  • La lista negra: Israel posee una «lista negra» de individuos interceptados. El analista cuestiona quién puede asegurar que estas personas, si salen del país, no sean «llevadas de encuentro».
  • La causa palestina: El tema de la solución de los dos estados, que es la causa principal del conflicto, es «prácticamente exigua» en este acuerdo.
  • Resistencia interna: Cruz subraya que incluso dentro del gobierno israelí hay oposición, citando al ministro de finanzas, quien públicamente ha manifestado que es partidario de «metrallar a todos y aniquilarlos» una vez que Hamás entregue los rehenes.

A pesar de todas las interrogantes y las posibles conveniencias geoestratégicas para Estados Unidos, Manuel Cruz concluye de manera categórica: el mérito de impulsar este acuerdo y «pararse en patas» para lograrlo, recae en el presidente Donald Trump.

Redaccioin Albitrio Fabrepe sobre análisis de Manuel Cruz en YouTube.

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