En una sesión cargada de tensión, el representante José Jaime Uscátegui del Centro Democrático transformó el acto de instalación del Congreso en una escena que dejó boquiabiertos a todos: se calzó una máscara de “Papá Pitufo” mientras el presidente Gustavo Petro pronunciaba su discurso, encendiendo el debate político y las redes sociales por igual.

07/21/2025. Una máscara, una acusación El gesto de Uscátegui no fue casual. Según él, Petro habría recibido 500 millones de pesos del empresario Diego Marín Buitrago, señalado como el “zar del contrabando” y apodado precisamente “Papá Pitufo”.
“Presidente Petro, no sea mentiroso. Usted nunca persiguió al mayor contrabandista de Colombia”, publicó el congresista en sus redes.
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Protesta simbólica o sabotaje institucional? La escena dividió opiniones:
- Para algunos, fue una payasada parlamentaria que rebaja el nivel del debate.
- Para otros, una actitud valiente frente a lo que consideran pactos oscuros del poder.
Quién es Uscátegui: el rostro opositor Con trayectoria en derechos humanos y una postura férrea contra el narcotráfico, Uscátegui se ha consolidado como una figura incómoda para el gobierno. Su protesta con máscara, aunque polémica, refleja una estrategia comunicativa agresiva y disruptiva que gana terreno en la política actual.
¿Más que una burla? Más que caricatura, el gesto abre la discusión sobre el papel de la protesta creativa en espacios institucionales. ¿Hasta dónde llega la libertad simbólica de expresión cuando se enfrenta al protocolo del poder?
Redacción DHH sobre lectura de agencias
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