El economista Santiago Peña busca mantener en el Gobierno al histórico Partido Colorado, mientras que la coalición de oposición encabezada por el liberal Efraín Alegre busca arrebatarle el poder. Según algunas encuestas que circulan en las redes sociales, Alegre y Peña están técnicamente en empate por la carrera presidencial.

Paraguay se encuentra a pocos días de elegir a su nuevo presidente, en una campaña electoral austera y con poca participación ciudadana. Sin embargo, también hay otros candidatos que se destacan en la contienda, como el polémico abogado y exsenador Paraguayo Cubas, Euclides Acevedo y el exportero de fútbol José Luis Chilavert.

La campaña electoral ha estado marcada por las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos al expresidente y líder del Partido Colorado, Horacio Cartes, por su presunta participación en hechos de corrupción. Esto ha llevado a que el partido tenga que recurrir a opciones jurídicas para financiar lo que queda de la campaña electoral.

El Partido Colorado ha gobernado Paraguay en los últimos 70 años, con excepción del mandato del exobispo Fernando Lugo (2008-2012). La ANR ha tenido que solicitar al Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) que transfiera a un banco parte de los fondos que prevé recibir por concepto de subsidio electoral y del aporte del Estado a las agrupaciones políticas.

En cuanto a las propuestas de los candidatos, Peña ha prometido 500.000 nuevos empleos y programas como chau chespi (crac), para reducir el consumo de drogas y promover la rehabilitación, así como programas para adquirir casa propia mediante préstamos flexibles a precios de alquiler o la construcción de viviendas sociales.

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Por su parte, Alegre ha propuesto el acceso gratuito a medicamentos, ampliar la cobertura a internet y una política de participación y protección de las mujeres. El ambiente en Asunción, la capital del país, es de escasa actividad proselitista, pese a que quedan por delante cuatro días para que concluya el plazo oficial para la difusión de la propaganda en vías y espacios públicos, así como en los medios de comunicación.

También se canceló el tradicional debate entre los dos primeros aspirantes a la Presidencia debido a las condiciones impuestas por Peña.

En resumen, Paraguay se prepara para unas elecciones presidenciales muy competidas y sin un claro pronóstico de quién será el próximo presidente del país. La falta de fondos de campaña y la escasa actividad proselitista han dado lugar a una campaña austera y enfocada en acusaciones y críticas, dejando en segundo plano las propuestas de los candidatos para el futuro de la nación.

Redacción DHH con información de planoinformativo.com

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