Sandra Navarro, esposa de alias ‘el Sobrino’, es la mujer que estuvo haciendo diferentes aportes a la campaña ‘Petro presidente’ en varias regiones de Casanare. Unas interceptaciones a la mujer, reveladas por Noticias Caracol, demuestran el apoyo que ofreció a todos los integrantes del Pacto Histórico que viajaron a ese departamento en época electoral.

09/26/2023. El noticiero difundió unos audios en los que se escucha la molestia de Navarro, esposa de Juan Carlos López Macías —señalado narcotraficante y enlace del Eln con carteles mexicanos—, porque consideraba que todo su apoyo no estaba siendo correspondido.

En el corazón de Casanare, un enigma político comenzó a desvelarse a medida que se filtraron conversaciones interceptadas de Sandra Navarro, una figura que ha estado en la sombra pero que, según las revelaciones de Noticias Caracol, desempeñó un papel crucial en la campaña presidencial de Gustavo Petro en 2022. Navarro, esposa de Juan Carlos López Macías, conocido como ‘el Sobrino’ y vinculado al narcotráfico y al Eln, se ha convertido en el centro de atención debido a su generosa contribución a la causa petrista en Casanare.

Las grabaciones difundidas por el noticiero arrojan luz sobre la molestia de Navarro debido a lo que percibía como un trato desigual por parte de aquellos a quienes había apoyado. En una conversación con una amiga el 14 de junio de 2022, solo cinco días antes de la victoria de Gustavo Petro en la presidencia, Navarro expresó su frustración: «Yo lo que digo es que todos son un poco de hps y que a mí solamente me buscan para aportar plata. Entonces les voy a decir en la próxima reunión que me paguen lo que me deben y yo no sigo mariquiando más».

Según Navarro, durante la campaña presidencial, asumió la responsabilidad de financiar eventos y otros gastos sin recibir compensación alguna. En sus propias palabras: «Ya me mamé. Me mamé, me mamé de que no me tengan en cuenta». Además, confirmó que todos sus esfuerzos se dirigieron hacia la campaña de Petro en Casanare: «Sí, el día que estuvieron aquí en la casa yo fui la que pagué toda esa transmisión y toda esa mierda».

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Un nombre recurrente en estas grabaciones es el de Oswaldo Cáceres, descrito como el hombre de confianza y mano derecha de Sonia Bernal, la directora de la campaña presidencial en Casanare. Curiosamente, Sonia Bernal, aunque no logró una victoria en el Senado, actualmente trabaja en el Ministerio del Interior y también fue grabada en varias llamadas con Sandra Navarro. En las llamadas interceptadas, Navarro menciona que Cáceres le debe 400.000 pesos y que alguien a quien llama «la china de Francia» le debe otros 200.000 pesos. Ella amenaza con pedirle a Oswaldo que le devuelva el dinero.

El informe de Noticias Caracol revela que estas contribuciones, aparentemente pequeñas pero constantes, incluyeron no solo dinero, sino también alimentos y vehículos para transportar a los miembros de la coalición de manera cómoda durante sus visitas a Yopal. Además, se proporcionaron medios para mover testigos electorales y material publicitario de la campaña. Sorprendentemente, el nombre de Sandra Navarro no aparece en los recursos reportados ante el Consejo Nacional Electoral, lo que plantea interrogantes sobre la transparencia y legalidad de estos aportes.

La historia de Sandra Navarro arroja luz sobre la complejidad y opacidad que a veces rodea a la financiación de las campañas políticas. Aunque sus acciones parecen haber sido motivadas por su apoyo a la candidatura de Gustavo Petro, las implicaciones de sus contribuciones y su relación con figuras controvertidas como ‘el Sobrino’ y el Eln plantean cuestionamientos éticos y legales.

Este caso también resalta la importancia de una supervisión más estricta y una mayor transparencia en la financiación de las campañas políticas. La revelación de estas grabaciones subraya la necesidad de investigar a fondo las contribuciones y de garantizar que todas las aportaciones sean reportadas de manera adecuada al organismo electoral correspondiente.

En resumen, el enigma de Sandra Navarro arroja luz sobre las complejidades de la política en Casanare y plantea preguntas sobre la transparencia en la financiación de campañas políticas en Colombia. La historia de esta mujer, que jugó un papel aparentemente crucial pero poco conocido en la campaña de Petro, plantea importantes interrogantes éticos y legales que requieren una investigación más profunda.

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