En medio de una presión asfixiante por parte de la administración de Donald Trump, el panorama diplomático entre Caracas y Bogotá ha dado un giro drástico.
12/18/2025. Lo que antes era una relación de matices y ambigüedades, se ha transformado en un intercambio frontal de reproches y deslindes ideológicos entre Nicolás Maduro y Gustavo Petro, dejando al régimen venezolano más aislado en su propio vecindario.
El llamado a la «unión perfecta» de los fusiles
Ante el incremento de la presencia naval estadounidense en el Caribe, Nicolás Maduro lanzó una propuesta audaz dirigida directamente a las tropas colombianas. El líder venezolano instó a los militares de Colombia a unirse en una «unión perfecta» con Venezuela para defender la soberanía regional ante lo que califica como una agresión externa. Maduro apeló al ideal bolivariano, sugiriendo que ambos ejércitos deberían actuar como un solo cuerpo para garantizar la «felicidad compartida» y proteger la «patria de Bolívar» de cualquier intento de intervención,.
La respuesta de Petro: «usted no da órdenes aquí»
La reacción de la Casa de Nariño no se hizo esperar y fue inusualmente tajante. El presidente Gustavo Petro rechazó de plano la invitación, aclarando que Maduro no tiene ninguna autoridad para dar órdenes a las fuerzas armadas de Colombia. Petro fue enfático al señalar que la soberanía popular es el único camino para cualquier tipo de integración entre las naciones andinas. Según el mandatario colombiano, solo a través de un poder constituyente podrían unirse nuevamente los países de la antigua Gran Colombia, y mientras eso no ocurra, ningún ejército debe obediencia a un líder extranjero.
El quiebre definitivo: el reconocimiento de la «dictadura»
Quizás el punto más crítico de este impasse es el cambio en el lenguaje de Petro. Por primera vez de manera tan explícita, el presidente colombiano ha calificado a Nicolás Maduro como un «dictador»,. Petro fundamenta esta etiqueta en la acumulación y concentración de poderes en manos del ejecutivo venezolano, distanciándose así de las acusaciones de «narcoterrorismo» que sostiene Estados Unidos para enfocarse en la erosión democrática interna.
A pesar de este duro calificativo, Petro mantiene una postura equilibrada frente al conflicto externo:
- Rechaza la dictadura, pero también rechaza tajantemente una invasión militar o intervención extranjera.
- Insiste en que la única salida válida es una solución política, negociada y pacífica que emane exclusivamente del pueblo venezolano.
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Un régimen bajo asedio y sin aliados cercanos
Mientras Maduro intenta reafirmar su llamado a la unión militar frente a lo que considera actos de «piratería» naval, se encuentra con un Petro que le ha cerrado la puerta a la cooperación bélica. Con la producción petrolera venezolana amenazada por el llenado máximo de sus tanques de almacenamiento para finales de año, el aislamiento que representa el rechazo de Petro deja a Maduro dependiendo casi exclusivamente del respaldo de aliados distantes como Rusia y China.
Redacción Elena Calzadilla para DHH.
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