La reciente y contundente declaración del presidente Gustavo Petro sobre la inminente salida de Colombia como socio global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha encendido las alarmas en diversos sectores políticos y analíticos del país. La decisión, anunciada el 16 de julio de 2025 en Bogotá en medio de una cumbre internacional sobre Gaza, marca un giro significativo en la política exterior colombiana y genera serias interrogantes sobre sus posibles repercusiones. «De la OTAN debemos salir, no hay otro camino», afirmó el mandatario, cuestionando el papel de algunos gobiernos europeos frente a la ofensiva militar en Gaza y criticando la colaboración en la provisión de armas a Israel.

07/17/2025. La vinculación de Colombia con la OTAN se remonta a 2017, cuando el país ingresó como socio global, y se consolidó en 2018. Este estatus no implicaba obligaciones militares, sino que permitía el acceso a cooperación en áreas clave como la modernización de las fuerzas armadas, la transparencia en defensa, el intercambio de información y la participación en actividades de capacitación. Desde 2013, un acuerdo de cooperación se había enfocado en la lucha contra la delincuencia organizada y el narcotráfico, y las autoridades colombianas también habían manifestado interés en adquirir conocimientos sobre misiones de paz y derechos humanos en el sector defensa. La propia alianza ha destacado que este estatus generaba «grandes beneficios para Colombia sin restringir la postura de su gobierno en política exterior».
Sin embargo, la postura del presidente Petro se fundamenta en una fuerte crítica a la actitud de la OTAN frente al conflicto en Medio Oriente, que considera una «lógica de dominación global» y un «experimento de los megaricos tratando de demostrarle a todos los pueblos cómo se le responde a una rebeldía». El mandatario ha calificado lo que sucede en Gaza como un «genocidio» por parte de Israel, lo que llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas con ese país en mayo de 2024 y a la suspensión de exportaciones de carbón. Petro reiteró su voluntad de detener la exportación de carbón a Israel, incluso criticando a funcionarios de su propio gobierno por no haber acatado la orden y mencionando que «el carbón colombiano no se vuelve bombas en Israel para matar niños». También cuestionó la llegada de armas israelíes a Colombia.
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Las Severas Consecuencias Advertidas por Analistas:
La propuesta del presidente Petro no ha sido bien recibida por distintos sectores, que advierten posibles impactos negativos para el país. Exfuncionarios de defensa han expresado su profunda preocupación por las fracturas que esta decisión podría traer para Colombia.
- Pérdida de acceso a entrenamiento militar y modernización: La exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez enfatizó que el vínculo con la OTAN ha permitido a las Fuerzas Armadas colombianas acceder a entrenamiento, modernización, logística y mando bajo estándares internacionales. Romper esta relación significaría ceder esta herramienta clave para la defensa del país.
- Falta de apoyo en ciberdefensa y seguridad estratégica: Ramírez subrayó la importancia de la cooperación en el fortalecimiento de las capacidades en ciberdefensa y seguridad estratégica, áreas en las que Colombia podría beneficiarse del apoyo de los miembros de la OTAN.
- Restricción al acceso a inteligencia compartida: El exministro de Defensa Diego Molano advirtió que una salida de la alianza implicaría la pérdida de acceso a inteligencia compartida y capacitación militar, temas que considera críticos para contrarrestar amenazas.
- Pérdida de credibilidad internacional y aislamiento diplomático: Molano también señaló que abandonar la alianza implicaría una pérdida de credibilidad internacional, aislamiento diplomático y una reducción en la cooperación con aliados estratégicos.
- Debilitamiento en la lucha contra el crimen organizado transnacional: Desde su experiencia diplomática, Marta Lucía Ramírez argumentó que Colombia debería estar fortaleciendo su relación con la organización, no debilitándola, especialmente en un contexto donde «las economías ilegales y los grupos del crimen organizado transnacional le están ganando la partida a muchos países desarrollados y en desarrollo».
Para ambos exfuncionarios, la postura del gobierno actual de distanciarse de alianzas militares como la OTAN representa un riesgo significativo en un contexto de creciente inseguridad. La decisión del presidente Petro, que a su juicio busca distanciarse de alianzas que contradicen principios éticos frente a los conflictos armados, coloca a Colombia en un camino de redefinición profunda de sus relaciones internacionales y su estrategia de seguridad. La pregunta que queda en el aire es si este cambio de rumbo estratégico traerá los beneficios esperados o, por el contrario, sumirá al país en un mayor aislamiento y vulnerabilidad.
Redacción DHH sobre lectura de agencias
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