Gustavo Petro no está midiendo palabras. El presidente colombiano ha intensificado su discurso crítico contra Estados Unidos, cuestionando su rol en América Latina y en conflictos globales como Gaza, el cambio climático y la política antidrogas.

Pero detrás de la retórica hay algo más que ideología. Según analistas reunidos en Semana El Debate, Petro estaría construyendo una narrativa de soberanía discursiva, buscando reposicionar a Colombia como un actor autónomo en el tablero internacional. Ya no como aliado obediente, sino como voz incómoda que interpela al norte.
“Hay que hacer un llamado”, advierten los expertos. No solo por el impacto diplomático, sino por las consecuencias internas: este giro podría redefinir alianzas, tensar relaciones comerciales y polarizar aún más el debate político nacional.
Petro no solo habla: provoca. Y en esa provocación, se juega el relato de una Colombia que quiere dejar de ser espectadora para convertirse en protagonista. ¿Es esta la génesis de una nueva doctrina latinoamericana o el preludio de un aislamiento estratégico?
Redacción DHH sobre entrevistas en semana.com por YouTube.
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