Mahmoud Khalil, el estudiante sirio-palestino y líder del movimiento de protesta en la Universidad de Columbia, ha elevado una reclamación de $20 millones de dólares en daños y perjuicios contra el Gobierno de Donald Trump, alegando que su detención fue un acto malicioso y político destinado a silenciar su activismo propalestino. Khalil, quien también se graduó en 2024, ha declarado que, en lugar de un pago monetario, aceptaría una disculpa oficial y el abandono de lo que considera una política «inconstitucional» por parte de la administración.

07/10/2025. Sus abogados, del Centro para los Derechos Constitucionales (CCR), sostienen que Khalil fue encarcelado sin pruebas, procesado con malicia y calumniado como antisemita. El estudiante cree que el «maltrato sufrido» le causó «un grave malestar emocional, dificultades económicas, daño a su reputación y una importante vulneración de sus derechos». Khalil ha expresado que su objetivo es enviar un mensaje claro: «Están abusando de su poder porque se creen intocables» y deben sentir que hay «algún tipo de rendición de cuentas».
Un arresto repentino y un trauma inolvidable
Nacido en Siria de padres palestinos, Mahmoud Khalil fue arrestado el 8 de marzo por agentes federales de la Policía Federal de Fronteras (ICE) vestidos de civil, frente a su residencia universitaria. Según su relato, los agentes se negaron a proporcionar una orden judicial y parecían sorprendidos al saber que era residente permanente legal de Estados Unidos. Poco después, fue trasladado a un centro de detención para migrantes en Jena, Luisiana, a miles de kilómetros de distancia, un lugar que supuestamente «se ocultó deliberadamente» a su familia y abogados.
Durante los 104 días que permaneció detenido, Khalil experimentó condiciones «duras», asegurando que le negaron la medicación para una úlcera, le obligaron a dormir bajo luces fluorescentes y le dieron comida «casi incomible», lo que le hizo perder 15 libras. El momento más desgarrador, según Khalil, fue perderse el nacimiento de su primer hijo, Deen. «No puedo describir el dolor de aquella noche», dijo Khalil, mirando a su bebé. «Es algo que nunca perdonaré».
Acusaciones de «Hamas» y respuesta oficial
La administración Trump, por su parte, acusó a Khalil de ser un «partidario de Hamas» y justificó el procedimiento de expulsión por el «riesgo» que representaría para la «política exterior» estadounidense. La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, calificó las acusaciones de Khalil de «absurdas», acusándolo de «comportamiento y retórica de odio» que, según ella, amenazó a estudiantes judíos. McLaughlin afirmó que la administración actuó «perfectamente dentro de su autoridad legal y constitucional para detener a Khalil» como lo hace con «cualquier extranjero que promueva la violencia, glorifique y apoye a los terroristas, acose a los judíos y dañe la propiedad».
Los abogados de Khalil, sin embargo, han denunciado una detención «política» e injustificada, cuyo objetivo sería «amordazar cualquier desafío a la guerra liderada por Israel en Gaza». La administración Trump habría celebrado públicamente la detención, prometiendo deportarlo a él y a otros cuyas protestas calificó de «actividad proterrorista, antisemita y antiestadounidense». Un memorando firmado por el entonces Secretario de Estado, Marco Rubio, habría reconocido que Khalil no había infringido la ley, pero argumentaba que debía ser deportado por creencias que podrían socavar los intereses de la política exterior estadounidense. Khalil, quien ha condenado el antisemitismo antes y después de su detención, no fue acusado de ningún delito ni ha sido vinculado a Hamas ni a ningún otro grupo terrorista.
Puedes leer: Trump lanza un ultimátum económico –
Libertad condicional y lucha continua
Mahmoud Khalil fue puesto en libertad el 21 de junio por un tribunal federal, tras 104 días de detención. El juez consideró que los intentos del Gobierno de expulsarlo por motivos de política exterior eran «probablemente inconstitucionales». No obstante, su proceso de deportación sigue en curso, y ahora enfrenta nuevas acusaciones de haber falseado datos personales en su solicitud de permiso de residencia, imputaciones que sus abogados consideran infundadas y represalias.
Desde su liberación, Khalil ha reconocido momentos de felicidad y angustia. Por temor al acoso o a una posible detención, sale de casa con menos frecuencia. Sin embargo, se ha enfocado en «recuperar el tiempo» con su hijo y su mujer. Además, ha afirmado que parte de su realidad será «continuar sus esfuerzos para seguir denunciando la guerra de Israel en Gaza», que ha matado a más de 57,000 palestinos según el Ministerio de Sanidad de la franja. Khalil planea compartir el dinero del acuerdo con otras personas afectadas por los esfuerzos «fallidos» de Trump para suprimir el discurso propalestino. «Este es tu imperativo moral cuando estás viendo cómo masacran a tu pueblo minuto a minuto», sentenció.
Redacción Albitrio Fabrepe para DHH sobre lecturas de journaldemontreal.com y ap.com
Más historias
Este jueves infórmate sobre todos los cambios legales y recursos para inmigrantes. +Detalles
Venezuela: MVD rechaza desaparición de lucha política por parte de la Unidad Democrática
Una nueva era para la inmigración iregular en EE.UU.: puntos clave de la «Gran y Hermosa Ley»