Brasil, Bolivia y Paraguay causantes de una sequía sin precedentes en Sudamérica
El humo y componentes contaminantes que emanan de los voraces fuegos en Brasil, Bolivia y Paraguay afectan a otros países reducen el ozono, y crece la sequía según estudiosos.
09/15/2024. Los voraces incendios forestales que avanzan en extensas áreas de Brasil, Bolivia y Paraguay son los causantes de una sequía sin precedentes en Sudamérica, pero el humo y las partículas contaminantes que generan están alcanzando a países vecinos y ocasionando alertas por problemas de salud y la aparición de una “lluvia negra”.
Adicionalmente, las emanaciones de los grandes focos de fuego también podrían incidir en un mayor deterioro de la capa de ozono, advierten estudiosos que monitorean la estratósfera tras grandes incendios ocurridos en Australia, entre 2019 y 2020. Una noticia inquietante que empaña, de algún modo, el Día Mundial de la Capa de Ozono que se celebra este 16 de septiembre.
Desde los primeros días de septiembre de 2024, los incendios forestales en Brasil han duplicado los registrados en 2023, pues en 10 días se contabilizan más de 37. 000 focos que han arrasado amplias zonas y afectado a São Paulo y Río de Janeiro, según informó la Agencia Brasil, centro de noticias del gobierno brasileño.
Mientras, en Bolivia y en Paraguay se ha decretado estado de emergencia debido a la propagación de los focos de fuego y a los altos índices de contaminación que pueden afectar la salud de pobladores de varias regiones.
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“Lluvia negra” por los incendios
La propagación del humo y contaminantes llegó al sur de Latinoamérica, donde las autoridades lanzaron advertencia sobre los efectos en la salud y la aparición de “lluvia negra”.
Aunque las lluvias son esenciales para la sofocación de los incendios forestales, este tipo de precipitación en particular es un fenómeno que se da cuando el hollín y las cenizas del incendio forestal “ensucian” en las nubes el agua de la lluvia, dándole una tonalidad oscura.
En Uruguay, habitantes de varias localidades reportaron la “lluvia negra” y mostraron tobos de agua oscura de las lluvias, mientras que en varias provincias de Argentina se esperaba la llegada de este fenómeno, de acuerdo con medios locales.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Argentina declaró alertas en más de 10 provincias, incluso la ciudad de Buenos Aires, por el denso humo y las partículas, por lo que sugirió limitar actividades al aire libre y usar mascarillas de protección.
Sin embargo, “el impacto del humo (de los incendios forestales) en la formación de lluvia ácida suele ser mínimo”, explicó la Asociación de Jefes de Bomberos del Oeste de EEUU (WFCA, por sus siglas en inglés).
Capa de ozono en riesgo
Pero hay una preocupación mayor. El humo y las partículas contaminantes de los incendios forestales podrían producir un mayor deterioro de la capa de ozono, según el investigador Erick Quiroga.
Quiroga, promotor de la creación del Día Mundial de la Capa de Ozono y que fue promovido por las Naciones Unidas el 16 de septiembre de cada año, indica que su alerta está sustentada “en las evidencias científicas del Instituto Tecnológico de Massachusetts –MIT-“, y basado en la investigación afirmó que “los incendios forestales emiten humo hacia la estratosfera donde las partículas quedan a la deriva durante más de un año y mientras permanecen suspendidas, desencadenan reacciones químicas que erosionan la capa de ozono”.
Explicó que al desencadenarse esta reacción, los incendios han contribuido probablemente a reducir el ozono entre 3% y 5% del total en las latitudes medias del Hemisferio sur, en los segmentos que cubren Australia, Nueva Zelanda y partes de África y Sudamérica.
En 2020, las partículas de humo de los incendios forestales de Australia ampliaron el agujero de ozono antártico en 2,5 millones de kilómetros cuadrados, es decir, el 10% de su superficie, en comparación con el año anterior, según Quiroga.
Señaló además que en Brasil, los grandes incendios forestales han afectado el Pantanal, el humedal de agua dulce más grande del mundo, cuya superficie se distribuye entre Brasil (80%) Bolivia y Paraguay.
Quiroga advirtió que si bien según el Protocolo de Montreal, único tratado de las Naciones Unidas el agujero de la capa de ozono se está reduciendo, estos recientes incendios forestales pueden afectar los plazos de recuperación de la capa de ozono planteados por el convenio internacional.
Con información de eldiario.net