La Primera Ministra de Trinidad y Tobago Kamla Persad-Bissessar declaró que la Comunidad del Caribe (Caricom) no es un socio confiable, argumentando que la organización había elegido a Venezuela por encima de Trinidad y Tobago, un estado miembro.
10/27/2025. La explosiva aseveración, realizada durante una entrevista en el programa de televisión Crime Watch el 27 de octubre, se produjo solo horas después de que las tensiones diplomáticas y militares entre Puerto España y Caracas alcanzaran un punto álgido.
La ruptura energética: Venezuela propone suspender acuerdos
El desencuentro regional se produce en el marco de la escalada de hostilidades con Venezuela, cuyo Vicepresidente Delcy Rodríguez anunció la intención de las partes interesadas de suspender todos los acuerdos de gas con Trinidad y Tobago. El Ministerio de Petróleo venezolano formalizará la solicitud a la presidencia para suspender un amplio acuerdo de cooperación energética, incluyendo proyectos conjuntos de gas que estaban en negociación.
Entre los proyectos afectados se encuentra el campo Dragón, que contiene 4,2 billones de pies cúbicos de gas y que debía ser desarrollado conjuntamente por Shell y la Compañía Nacional de Gas de Trinidad.
Ante esta amenaza, la Primera Ministra Persad-Bissessar se mostró desafiante, replicando que Trinidad y Tobago «no necesita el gas venezolano». La administración actual ha optado por un enfoque que no es visto como amistoso por el Presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Maduro despliega acusaciones y tilda a Kamla de «lacaya»
Las acciones de Venezuela se justificaron con una serie de graves acusaciones que apuntan a la supuesta agresión de Trinidad y Tobago. Momentos después del anuncio de la suspensión de los acuerdos de gas, el Presidente Nicolás Maduro se refirió a la Primera Ministra Persad-Bissessar como una «lacaya» con «debilidad moral».
Maduro sostuvo que Persad-Bissessar estaba actuando como una «promotora de guerra» debido a sus «propias debilidades personales, físicas, mentales y morales». Esta acusación está ligada a la presencia del buque de guerra estadounidense USS Gravely, que permanece atracado en Trinidad.
Caracas ha denunciado que la visita del destructor, que el Gobierno de T&T sostiene que busca reforzar la lucha contra el crimen transnacional y la cooperación de seguridad, es en realidad una «provocación hostil» y un ejercicio militar bajo el control de Estados Unidos.
Venezuela sostiene haber obtenido información de un grupo de mercenarios capturados, presuntamente financiados por la CIA, que revela que se está gestando un «ataque de falsa bandera» desde aguas cercanas a Trinidad y Tobago o incluso desde territorio trinitense o venezolano. El gobierno de Maduro ha comparado esta supuesta provocación con eventos históricos como el Golfo de Tonkín en 1964, utilizado para justificar la Guerra de Vietnam.
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Aislamiento regional y críticas internas
Aunque el gobierno de T&T ha reiterado que valora su relación con el pueblo de Venezuela dada la historia compartida, las declaraciones de la Primera Ministra sobre Caricom han suscitado críticas internas.
El exministro de Asuntos Exteriores, Dr. Amery Browne, sostuvo que la Primera Ministra había «creado problemas importantes para TT» y se estaba culpando a todos menos a ella misma. Browne afirmó que Persad-Bissessar había «aislado al gobierno de Caricom» y había rechazado abiertamente el concepto de una zona de paz, insistiendo en que Trinidad y Tobago es «siempre más fuerte unido» con el bloque.
Mientras tanto, la Iglesia en el Caribe ha expresado su profunda preocupación por la acumulación de activos navales y militares en el sur del Caribe, urgiendo a las naciones a rechazar la agresión y priorizar el diálogo y la cooperación para proteger la estabilidad de la región.
Redacción Albitrio Fabrepe para DHH.
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