Bajo la administración de Trump, Estados Unidos redefine quién merece conservar la ciudadanía, apuntando directamente a casos graves y polémicos.
07/06/2025. En una maniobra que sacude los fundamentos de la naturalización en EE. UU., el Departamento de Justicia ha emitido una nueva directriz que pone en jaque a miles de ciudadanos naturalizados. El objetivo: despojar de la ciudadanía a quienes estén vinculados a delitos graves, incluso si obtuvieron su pasaporte hace años.
Según el memorando, el gobierno priorizará casos de desnaturalización que incluyan conexiones con terrorismo, crímenes de guerra, abuso de derechos humanos, fraude migratorio, narcotráfico, delitos sexuales, corrupción financiera y vínculos con organizaciones extremistas. El alcance incluye no solo condenas judiciales, sino también acusaciones pendientes y tergiversación de información durante el proceso de naturalización.
El mensaje político es contundente: ser ciudadano americano no es un escudo frente a la justicia, y quienes hayan vulnerado la ley podrían ver su pasaporte revocado. Incluso figuras públicas como Elon Musk han sido mencionadas en tono amenazante por el expresidente Trump, evidenciando cómo esta política puede escalar en lo mediático y lo simbólico.
El giro legal redefine el concepto de “pertenencia nacional” y abre debates constitucionales sobre qué tan seguro es el estatus ciudadano adquirido por inmigrantes. En este nuevo tablero, el DOJ se presenta no solo como defensor de las leyes, sino como arquitecto de una depuración migratoria que podría impactar el tejido social estadounidense.
Redacción DHH.
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