El panorama político en Venezuela se ha visto drásticamente alterado en los días previos a las anunciadas elecciones parlamentarias y regionales previstas para este domingo 25 de mayo. Una ola masiva de detenciones de figuras de la oposición, incluyendo políticos, activistas, periodistas y abogados, ha marcado la antesala de la jornada electoral.

05/24/2025. Según confirmaciones del propio Gobierno de Nicolás Maduro, más de 70 personas, tanto venezolanos como extranjeros, han sido detenidas en un lapso de 48 horas. Entre los arrestados figuran prominentes nombres como el dirigente opositor Juan Pablo Guanipa del partido Primero Justicia, el activista civil Gorka Carnevalli (director de Foro Hatillano), el defensor de derechos humanos Frewil Rangel, los reporteros Raúl Amiel y Carlos Marcano, el abogado argentino Germán Guiliani, dirigentes políticos comunitarios como Isidro León (de 84 años), y el abogado Eduardo Torres de la ONG Provea. Las autoridades también han mencionado la detención de ciudadanos de nacionalidad alemana, española-venezolana, serbia, y tres paquistaníes.
Las acusaciones gubernamentales, encabezadas por figuras como el ministro del Interior, Diosdado Cabello, señalan a los detenidos de participar en conspiraciones contra el Ejecutivo y de formar parte de una presunta red terrorista que planeaba la «colocación de artefactos explosivos». Sin embargo, las fuentes indican que estas acusaciones se han realizado sin que se hayan conocido pruebas públicas. El ministro Cabello llegó a calificar la detención de Juan Pablo Guanipa, un dirigente con una postura «muy dura» frente al chavismo y cercano a María Corina Machado (quien llamó a boicotear las elecciones), como «altísimamente gratificante y saludable para la paz del país», acusándolo de ser el «jefe directo de todos estos grupos terroristas».
El Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), la policía política del gobierno, ha estado activo en estos operativos. El propio presidente Nicolás Maduro y Diosdado Cabello habían advertido previamente sobre la existencia de un «complot terrorista preelectoral» y prometieron la famosa «operación tun tun» para detener a los responsables. No han dudado en señalar directamente a María Corina Machado como la «operadora principal de esta trama».
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La reacción ante estos arrestos ha sido diversa dentro de la fragmentada oposición venezolana. Las redes sociales se llenaron de mensajes de familiares y allegados denunciando los arrestos, alegando inocencia y pidiendo debido proceso. Gladys Mogollón, madre del fotógrafo Carlos Marcano, denunció públicamente la detención de su hijo, calificándolo de inocente.
Mientras los seguidores de María Corina Machado se muestran indignados, otras corrientes opositoras que sí participan en las elecciones, como la liderada por el excandidato presidencial Henrique Capriles, también han criticado las detenciones. Capriles expresó su «total y absoluta solidaridad» con Juan Pablo Guanipa y los demás detenidos, afirmando que «No son terroristas, no han cometido delitos» y calificando los hechos como «otro capítulo para sembrar el terror y miedo entre los venezolanos».
Tomás Guanipa, hermano de Juan Pablo y cercano a Capriles, aunque distanciado personalmente y políticamente de su hermano en la estrategia frente al oficialismo, también se pronunció. Tomás, partidario de participar en los procesos electorales, criticó la detención de Juan Pablo (quien tiene una postura intransigente y cercana a Machado). Consideró que los arrestos buscan «profundizar la división, profundizar la confrontación» y evitar que el país «se movilice y luche por un cambio».
Estas medidas se producen en un contexto de «estado general de apatía e indiferencia» ante la cita electoral del 26 de mayo. Las detenciones han avivado el debate interno de la oposición sobre la conveniencia de participar en comicios bajo las actuales condiciones y podrían «ahondar la desconexión de la población con la consulta». La estrategia del gobierno parece ser, según las autoridades, garantizar la «tranquilidad» electoral, mientras que la oposición lo interpreta como un intento de intimidación y represión.
Redacción Albitrio Fabrepe sobre información de elpais.com