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El papa Francisco canoniza a Mama Antula, la primera santa de Argentina

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El papa Francisco presidió este domingo en El Vaticano la misa de canonización de la beata María Antonia de Paz y Figueroa, mejor conocida como Mama Antula, quien se convirtió en la primera santa argentina, según reportó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

02/11/2024. El rito de canonización se llevó a en la Basílica de San Pedro. De acuerdo con Vatican News, a la celebración acudieron aproximadamente cinco mil personas, entre ellas, el presidente de Argentina, Javier Milei.

“Mama Antula ‘tocada’ y ‘sanada’ por el ‘pequeño Dios de los pequeños’ estaba convencida de que ‘la paciencia es buena, pero mejor es la perseverancia’. Que su ejemplo y su intercesión nos ayuden a crecer en la caridad según el corazón de Dios”, pronunció el papa Francisco durante la homilía.

El camino para llegar a la canonización fue largo. Su proceso de beatificación, paso previo a la canonización, comenzó en 1905 y recién en 2010 fue declarada venerable por el papa Benedicto XVI.

Francisco fue quien le concedió la beatificación, el 27 de agosto de 2016. Un día después, en la celebración del Ángelus, el papa dijo al respecto: “Que su ejemplar testimonio cristiano, especialmente su apostolado en la promoción de los ejercicios espirituales, despierte el deseo de adherirse cada vez más a Cristo y al Evangelio”.

¿Quién fue y qué milagros se le atribuyen?

Nacida en 1730 en Santiago del Estero, Argentina, la vida de María Antonia de Paz y Figueroa estuvo marcada por la vocación religiosa desde una temprana edad. Según el Vaticano, fue fundadora de la casa de los ejercicios espirituales de Buenos Aires.

Con apenas 15 años, emitió sus votos en la Compañía de Jesús, donde comenzó una vida retirada junto a sus pares, a quienes se las conocía como beatas. Allí se dedicó a educar niños, cuidar enfermos y asistir a los más pobres y vulnerables.

“Las beatas eran mujeres que vivían en sus casas, pero María Antonia sale de su casa y emprende un camino por todo el país, algo impensado en la historia latinoamericana”, explican José Torres de Argañaras y Damián Abregu, integrantes de la Familia Mama Antula, un grupo de fieles que le son devotos.

Además, añaden que la que es la primera santa argentina fue una mujer que emprendió una obra inaudita a partir de limosnas. Para ellos “su vida misma es un milagro”.

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Su nombre y la fama de sus actos comenzaron a crecer a partir de 1767, cuando el rey Carlos III de España expulsó a la Compañía de los territorios de la Corona. En ese marco, y a sus 37 años, tomó la decisión de continuar organizando cursos de ejercicios espirituales, una práctica fundamental para los creyentes de una época en la que los jesuitas pasaron a ser muy mal vistos tras la decisión real.

Según la creencia popular, sus iniciativas surgieron a partir de una epifanía que la llamó a continuar con su misión. Desde entonces, adoptó su nombre religioso: María Antonia de San José.

A partir de allí comenzó a llevar los ejercicios espirituales a distintas provincias del actual norte argentino, como Catamarca, La Rioja, Jujuy, Salta y Tucumán, que en aquel momento eran parte del territorio colonial. “Donde ella daba ejercicios, todas las clases sociales se mezclaban y vivían armónicamente y en paz”, cuentan Abregu y Torres de Argañaras.

A Buenos Aires llegó recién en 1778, donde sus enseñanzas fueron rechazadas por las autoridades del virreinato. Sin embargo, la convocatoria masiva de sus retiros llevó a que, tiempo después, el obispado le diera la autorización oficial para llevarlas adelante.

Con información de msn.com

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