En un momento marcado por tensiones comerciales y reconfiguración de alianzas estratégicas, el gobierno de Estados Unidos formalizó un nuevo acuerdo con China que, aunque carente de detalles públicos, representa un paso significativo en la política arancelaria de la administración de Donald Trump.

06/26/2025. El anuncio fue realizado este jueves durante un acto oficial en la Casa Blanca centrado en la agenda fiscal del Ejecutivo. Según confirmó el secretario de Comercio, Howard Lutnick, el tratado fue ultimado tras conversaciones desarrolladas en Ginebra el mes pasado, una ciudad históricamente neutral que vuelve a erigirse como escenario diplomático clave para negociaciones de alto nivel. “El acuerdo ya fue firmado y sellado hace dos días”, declaró Lutnick en entrevista con Bloomberg Television, sin proporcionar información adicional sobre los términos del entendimiento.
🔍 Silencio estratégico y expectativas globales
El hermetismo con que se manejó la firma del acuerdo ha despertado inquietud y especulación tanto en los mercados como entre analistas internacionales. A diferencia de pactos anteriores, no se organizó una ceremonia oficial ni se convocó a la prensa, lo que sugiere un enfoque más pragmático —o incluso calculado— por parte de la administración.
En paralelo, Trump deslizó la posibilidad de alcanzar próximamente un acuerdo “muy grande” con India, aunque sin brindar fechas ni parámetros concretos. Esta declaración sigue el patrón discursivo del presidente, quien utiliza anuncios comerciales para reforzar el perfil económico de su gestión mientras presiona al Congreso para aprobar su reforma fiscal antes del 4 de julio.
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📉 Aranceles como palanca de poder
Fuentes oficiales recordaron que las bases del pacto con China incluyen tarifas del 55% a ciertos productos chinos, mientras que Beijing respondería con un gravamen del 10% sobre bienes estadounidenses. Este tipo de “aranceles recíprocos” ha sido el eje del enfoque proteccionista del mandatario desde su retorno al poder, con la intención declarada de estimular la repatriación de industrias manufactureras a suelo estadounidense.
“No vamos a hacer tratos con todos. A algunos países simplemente les enviaremos una carta con un ‘gracias’ y la tarifa correspondiente: 25, 35, o hasta 45%”, subrayó Trump con su habitual estilo directo.
🏗️ Panorama de fondo: manufactura, plazos y tensiones
Hasta ahora, este nuevo entendimiento con China se suma al acuerdo previamente concretado con el Reino Unido como los principales logros económicos del actual mandato. El presidente ha insistido en que el efecto más importante de su política comercial no está en los ingresos por aranceles, sino en la reactivación industrial: “Tenemos cientos de plantas en construcción en Estados Unidos que nunca habrían estado aquí de no ser por estos cambios”, afirmó.
Con el 9 de julio como fecha sugerida —aunque no vinculante— para avanzar con nuevos acuerdos, la administración redobla la presión sobre sus socios estratégicos. En ese sentido, el pacto con China podría marcar un nuevo punto de inflexión en la guerra comercial global, con repercusiones aún por definirse.
Redacción DHH.
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