Reportaje especial del Editor y periodista Dámaso Jiménez, sobre la importancia de la ciudad de Orlando en la Florida. Reproducimos este trabajo por lo interesante del tema.

08/03/2025. Redacción del escritor y periodista Dámaso Jiménez,
Orlando no es solo la suma de sus atractivos turísticos, sino la expresión de un espíritu pionero que ha sabido combinar tradición con modernidad.
La historia de Orlando es una épica de 150 años que va mucho más allá de los castillos encantados o las montañas rusas. Antes de que los reflectores del turismo global se posaran sobre ella, esta ciudad del centro de Florida ya era un hervidero de sueños y contradicciones, una tierra fértil tanto para los pioneros como para los portadores de ideas nuevas.
Corría 1875 cuando Orlando fue incorporada como ciudad de los EEUU. Pero mucho antes de que los registros oficiales le dieran ese nombre, estas tierras estaban habitadas por pueblos originarios y colonos que buscaban oportunidades. El crecimiento fue lento pero constante: primero con la industria citrícola, luego con la llegada del ferrocarril, que la conectó con el resto del país. A finales del siglo XIX, la ciudad ya era un cónclave estratégico para el comercio y una parada obligada para quienes cruzaban Florida de norte a sur y de este a oeste en busca de fortuna o de retiro.

La historia de Orlando es también la historia de la resiliencia. En 1894 y 1895, heladas devastadoras arrasaron los cultivos de cítricos, obligando a la ciudad a repensar su economía.
Durante las 2 guerras mundiales, fue punto de entrenamiento militar. Se construyó un nuevo aeropuerto a 16 kilómetros al sur de Orlando que se convirtió rápidamente en la Base Aérea de Pine Castle y luego base Aérea McCoy, para sustituir al aeropuerto municipal de Underhill como base aérea del Ejército en la Florida Central. En la actualidad este sitio alberga el Aeropuerto Internacional de Orlando que se ha ampliado enormemente como uno de las terminales aéreas más importantes de EEUU.

Cuando las bases se cerraron, después de la guerra, muchos soldados se quedaron en Orlando y la ciudad atrajo nuevos residentes y migrantes que decidieron echar raíces en una ciudad que prometía paz y crecimiento.
Fue en ese contexto cuando apareció un hombre y una marca que cambiaría para siempre el destino de Orlando: Walt Disney. Pero la historia no comienza con él. Al contrario, Disney llegó atraído por algo que ya estaba en marcha: una ciudad con tierra disponible, autoridades dispuestas a negociar y una cultura local que combinaba visión de emprendimiento y apertura. La inauguración de Walt Disney World en 1971 marcó un antes y un después en la historia del turismo en los EEUU y Orlando se convirtió en sinónimo de entretenimiento global, siendo la metrópolis con más parques temáticos y entretenimiento que en cualquier otra parte del mundo. Pero la cosa tampoco se detuvo ahí.

En las décadas siguientes, Orlando multiplicó su infraestructura. Llegaron universidades, hospitales de prestigio, empresas tecnológicas y una industria de convenciones que hoy es una de las más fuertes del hemisferio. El aeropuerto se convirtió en uno de los más transitados del país. La ciudad creada por tantos forasteros fue tejiendo un perfil propio: diversa, vibrante, y cinética, donde lo latino, lo asiático, lo europeo y lo sureño se funden en una identidad difícil de encasillar.

Puedes leer: EE.UU.: 608 millones de dólares para construir centros de detención de migrantes –
Algunos distritos y comunidades de Orlando cuentan historias que no aparecen en los folletos turísticos. En Parramore, aún se escucha la memoria de la lucha por los derechos civiles. En Lake Nona, se proyecta el futuro con laboratorios, centros médicos y universidades interconectadas por fibra óptica y transporte inteligente. En Winter Park, el arte y la historia se abrazan entre museos y calles de ladrillos. El Downtown acelera su ritmo financiero de día y por la noche se convierte en un gigantesco barrio bohemio y vidrioso, la International Drive es el sitio con más turistas por metro cuadrado, donde los restaurantes hispanos se funden con los vietnamitas, y a diario los brasileños, la cultura india, árabe y china convergen en un mismo mall, orbitando con el universo de foodtrucks y junto a las grandes cadenas globales.

A 150 años de su fundación, Orlando no es solo un punto brillante en el mapa de Florida. Es una ciudad laboratorio, una urbe en construcción constante, con una población que en su mayoría ha nacido fuera del estado… o del país. El 24% de su población es nacida en el extranjero, mientras un 40.8% de las personas mayores de 5 años hablan un idioma distinto al inglés en casa, según datos de la Oficina del Censo. Aquí conviven por sus calles más de 170 nacionalidades y se hablan más de 130 idiomas entre residentes y visitantes.
Pero más allá de la estadística, lo que define a Orlando es su capacidad de adaptarse, de no quedarse quieta, de entender que el crecimiento no es una meta, sino un movimiento propio que respira, sonríe a ratos y llora en silencio por tantos trozos de historia mutando sus raíces entre lagos. Es una ciudad de luces memorables que a ratos se reconoce como un punto pantanoso en el camino.

Para conocer su historia basta con alejarse un poco de los imponentes parques y adentrarse en el corazón de la auténtica urbe.
Haber celebrado los 150 años de Orlando el 31 de julio de 2025 no es solo mirar hacia atrás. Es también preguntarse qué vendrá después. Y todo parece indicar que el próximo siglo y medio será aún más desafiante, y más luminoso para millones de seres que serpentean su humanidad por su fastuosa puesta en escena, disfrutando su papel protagónico de la ciudad mágica.

Porque si hay algo que Orlando ha demostrado en todos estos años es que sabe reinventarse sin perder el alma en el intento.
Redacción del escritor y periodista Dámaso Jiménez.
Más historias
Trump considera seriamente perdonar a “Diddy” Combs: ¿Clemencia o cálculo?
EE.UU.: 608 millones de dólares para construir centros de detención de migrantes
20 fiscales generales desatan una batalla legal ante la «Cruzada» de Trump por datos de cupones alimentarios