Trump: entre la maniobra contra Rusia y el bajo vientre del mar Caribe

El expresidente estadounidense, Donald Trump, ha vuelto a sacudir el tablero geopolítico con declaraciones que parecen contradecir su postura habitual, generando un complejo panorama global lleno de matices y movimientos estratégicos. Calificado por el analista geopolítico Alfredo Jalife como un «trompo tramposo» por su habilidad para marear a sus adversarios con giros discursivos, las recientes amenazas de Trump a Putin y su aparente apoyo a Ucrania y la OTAN responden, según expertos, a una estrategia más profunda que a un cambio real de política.

09/24/2025. A pesar de su retórica belicosa, las acciones de Trump y la estrategia de su entorno apuntan en una dirección diferente. Estados Unidos enfrenta actualmente un escenario internacional desfavorable, marcado por el fortalecimiento de alianzas como el G3 (Rusia, China e India) y el acercamiento tectónico entre Pakistán y Arabia Saudita, dos potencias clave. Internamente, el país vive una «protoguerra civil» con fuertes divisiones y una creciente militarización de su política doméstica, lo que obliga a un repliegue de sus fuerzas en el extranjero.

En este contexto, las duras palabras de Trump contra Rusia se interpretarían como una maniobra para aliviar la presión interna de sectores belicistas de su propio partido, como el liderado por el senador Lindsey Graham. Sin embargo, los «datos duros» indican otra realidad: la ayuda militar directa a Ucrania no se ha reanudado y la comunicación con el Kremlin se mantiene, como lo demuestra la posible prolongación del acuerdo de estabilidad estratégica que vence en febrero.

Además, Trump y Putin comparten enemigos comunes como George Soros y una agenda ideológica similar en temas como el rechazo al cambio climático y al globalismo, lo que evidencia una coincidencia de fondo más allá de las declaraciones propagandísticas. La hipótesis principal es que Trump intenta romper la «complementariedad indisoluble» entre Rusia y China, jugando al acordeón: primero se acerca a uno y sanciona al otro, y viceversa, una estrategia que, según Jalife, parece muy difícil que tenga éxito.

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El Caribe: petróleo, paraísos fiscales y Venezuela en la mira

De acuerdo con el análisis de Alfredo Jalife, la verdadera estrategia de Trump se aleja de los conflictos lejanos para centrarse en su «bajo vientre» (soft belly): el Mar Caribe. Un borrador de la nueva Estrategia de Defensa Nacional, filtrado por el portal Político y diseñado por Elbridge Colby —asesor cercano a Trump—, confirma un repliegue militar estadounidense de varias partes del mundo para concentrarse específicamente en la frontera con México y, de manera notable, en el Mar Caribe.

Esta concentración militar frente a las costas de Venezuela y Colombia responde a múltiples intereses estratégicos. Más allá del conocido interés por el petróleo de la región, Jalife plantea la hipótesis de que Estados Unidos busca también vigilar y controlar los paraísos fiscales del Caribe. Se calcula que en estas islas se evade cerca de la mitad de los 4 billones de dólares (en la escala anglosajona) que circulan globalmente, una cifra financieramente muy poderosa para las necesidades actuales de EE. UU..

Trump ya ha dado señales de esta política al renombrar el Golfo de México como el «Golfo de Estados Unidos», siguiendo la vieja teoría geopolítica de Spykman sobre el «Mediterráneo americano», que incluye el Caribe. Por lo tanto, mientras la retórica se enfoca en Ucrania, los movimientos militares reales apuntan a una consolidación del poder estadounidense en su esfera de influencia más inmediata, una realidad que define la verdadera política de Trump más allá de sus discursos.

Redacción Albitrio Fabrepe sobre declaraciones en YouTube de Alfredo Jalife.