La aprobación del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, es de apenas el 12,96 por ciento, de acuerdo con datos de la encuestadora Perfiles de Opinión.

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se recupera de la intervención quirúrgica a la que fue sometido el pasado viernes tras fracturarse el peroné derecho sin ningún elemento que inmovilice su pierna, según anunció este jueves la Secretaría de Comunicación de la Presidencia en un comunicado.

Pero con su imágen frente al país, el estudio indica que el 53,43 por ciento de los entrevistados consideró como “mala” la administración del actual gobernante, mientras que el 31,57 la calificaron de “muy mala”.

En total, el 85 por ciento desaprueba el trabajo del mandatario, que lleva menos de dos años en el poder y atraviesa una crisis política agudizada luego del rechazo en las urnas a su propuesta de referendo constitucional.

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Este sondeo de Perfiles de Opinión fue realizado entre el 11 y el 13 de febrero en las ciudades de Quito, Guayaquil, incluyó a 619 personas entre 18 y 65 años, tiene un margen de error de 4,1 puntos y un intervalo de confianza del 95 por ciento.

Esos números sobre Lasso son resultado de un descontento generalizado y la falta de esperanza en medio de un escenario de inseguridad y un alza del costo de la vida.

A eso se suman las denuncias de corrupción en empresas públicas y los presuntos vínculos del gobierno con el narcotráfico, en particular con la mafia albanesa.

En los más recientes comicios Lasso y la derecha sufrieron una derrota, no solo en el referendo, sino en la elección de autoridades provinciales y municipales.

Analistas consideran que el rechazo al modelo neoliberal impulsado por Lasso influyó en que el progresismo —en particular el movimiento Revolución Ciudadana (RC)— ganara espacio en las principales provincias y municipios del país, como Quito y Guayaquil.

Mientras, políticos y organizaciones sociales llaman a la renuncia del gobernante, su juicio político, la revocatoria o la denominada muerte cruzada como vías legales para poner fin a su mandato y anticipar elecciones.