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El presidente Alberto Fernández encabezó la tradicional cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, junto a los jefes militares y varios miembros de su gabinete. En la previa del acto, se había anunciado la equiparación salarial de los miembros de las fuerzas con los efectivos que integran las otras unidades de seguridad civiles.

“Nuestras Fuerzas Armadas, cumpliendo sus obligaciones constitucionales establecidas, están llamadas a ser protagonistas del presente y el futuro”, afirmó Fernández al describir el contexto actual a nivel mundial y del país. El jefe de Estado estuvo acompañado por el ministro de Defensa, Jorge Taiana, el titular de la cartera de Seguridad, Aníbal Fernández, y el jefe de la AFI, Agustín Rossi, entre otros.

“Somos parte de Sudamérica, una región de paz, sin armas de de destrucción masiva. No enfrentamos conflictos armados interestatales, lo que representa una ventaja estratégica que debemos preservar en procura de un mejor desarrollo”, añadió.

Mientras todavía permanecen algunas repercusiones del ataque a Cristina Kirchner, el presidente hizo mención a los discursos “de odio”, una línea discursiva que siguió la Casa Rosada tras el hecho.

El Presidente llevó esa narrativa a la cena. “Argentina, nuestra patria, cumplirá el año entrante cuatro décadas de democracia ininterrumpida. Eso, que debe llevarnos de orgullo, se ve empañado por un discurso de odio que se siembra en la sociedad, buscando que crezca la división y el desaliento”, consideró.

Fernández aludió al decreto 457 firmado el año pasado y sostuvo que inaugura “un nuevo ciclo de planeamiento de la defensa nacional”, que tendrá, según consignó, “un nuevo plan de capacidades militares” próximamente.

“Nuestro país cuenta hoy con Fuerzas Armadas democráticas, profesionales, preparadas para la defensa de la soberanía en tierra, mar y aire. Fuerzas cercanas al pueblo y dispuestas a colaborar en todo tipo de catástrofes naturales, como lo han demostrado durante la pandemia, los incendios y las inundaciones”, elogió.

Fernández sostuvo que mantiene su compromiso de fortalecer la “defensa nacional” y “la modernización del instrumento militar”, pero señaló que ese objetivo se ve afectado por “la crisis económica heredada, la deuda externa asociada, la guerra [en Ucrania] y las consecuencias de la pandemia”.

“Oportunamente implementé un proceso de regularización salarial que puso fin a las cifras no remunerativas y blanqueó todos los aportes. Nuestro propósito es mantener una adecuada organización escalafonaria que responda a la capacidad, responsabilidad y dedicación del personal”, indicó.