Las relaciones diplomáticas entre Nicaragua y Colombia se encuentran en una encrucijada tras las declaraciones cruzadas entre el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, y su homólogo colombiano, Gustavo Petro. El desencadenante de esta escalada verbal fue la solidaridad expresada por Petro hacia la reconocida poeta y novelista nicaragüense Gioconda Belli, cuya casa fue confiscada por el régimen de Ortega.

09/13/2023. La controversia comenzó cuando Gustavo Petro utilizó su cuenta de Twitter para expresar su apoyo a Gioconda Belli y comparó las acciones del gobierno de Ortega con las del fallecido dictador chileno Augusto Pinochet. «Toda mi solidaridad para Gioconda Belli, poeta de la resistencia nicaragüense contra Somoza, ahora perseguida por Ortega. ¡Qué paradoja! Aquí, en Chile, recorro casas de poetas chilenos a quienes la dictadura allanaba sus casas y asesinaba, y Ortega hace lo mismo que Pinochet», escribió Petro.

La respuesta de Ortega no se hizo esperar, calificando a Petro como «una vergüenza» y recordando su pasado guerrillero. Ortega elogió la figura de Manuel Marulanda Vélez, comandante fallecido de las desmovilizadas FARC, y afirmó que Vélez era uno de los «imprescindibles», mientras que los demás eran «basura». Estas palabras subrayan las profundas divisiones ideológicas y políticas que existen entre ambos líderes.

Daniel Ortega también arremetió contra la presencia de bases militares estadounidenses en Colombia, acusando a Petro de no cumplir con su supuesta postura antiimperialista. «¿Qué espera Petro para sacar las bases militares de los yanquis de Colombia? Es una vergüenza para los que lucharon en el movimiento guerrillero que él encabezó. Ha traicionado a esa gente», afirmó Ortega. Estas declaraciones subrayan las tensiones persistentes en la región sobre la presencia militar de Estados Unidos en América Latina.

Además de la confrontación personal entre Ortega y Petro, las declaraciones del líder nicaragüense también incluyeron críticas a la situación en Colombia. Ortega acusó a Colombia de ser un «estado fallido donde asesinan estudiantes y maestros», refiriéndose a la violencia que ha afectado a algunas partes del país en los últimos años.

La confiscación de la casa de Gioconda Belli por parte de las autoridades nicaragüenses ha generado preocupación en la comunidad internacional y ha sido vista como un ejemplo más de la creciente represión del gobierno de Ortega contra la oposición política y la sociedad civil en Nicaragua. Belli, una figura literaria de renombre mundial, perdió su nacionalidad nicaragüense junto con más de 300 presos políticos, activistas y periodistas hace siete meses, en medio de un clima de represión y persecución política en el país.

Puedes leer: Lopez Obrador y Petro unifican criterios sobre las drogas

La reacción de Gustavo Petro, quien ha sido crítico del gobierno de Ortega y ha expresado su apoyo a la oposición nicaragüense en el pasado, no es sorprendente. Sin embargo, las acusaciones mutuas y el intercambio de insultos entre ambos líderes no hacen más que complicar aún más las relaciones bilaterales entre Colombia y Nicaragua, que ya habían sido tensas en el pasado.

La comunidad internacional está observando de cerca la situación en Nicaragua y Colombia, preocupada por el deterioro de la democracia y los derechos humanos en Nicaragua, así como por las tensiones diplomáticas en la región. La escalada retórica entre Ortega y Petro no hace más que subrayar la necesidad de encontrar soluciones pacíficas y diplomáticas para los desafíos que enfrenta América Latina en la actualidad.

En medio de esta controversia, la figura de Gioconda Belli se convierte en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y los derechos humanos en Nicaragua, y su caso refleja la difícil situación que enfrentan muchos activistas y opositores políticos en la región. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue buscando vías para promover el diálogo y la resolución pacífica de los conflictos en América Latina.

Redacción pública de dehablahispana.com con información de ntn24.com