Ecuador: a un mes de las presidenciales, la candidata de Correa tiene la primera opción para ganar
El actual presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y la candidata opositora de izquierda, Luisa González, se enfrentarán en una segunda vuelta electoral el 13 de abril. Con más del 99,96% de los votos escrutados, el oficialismo consiguió el 44,31%, mientras que el candidato alineada con el proscrito y autoexiliado expresidente Rafael Correa obtuvo el 43,97%, una diferencia de menos de medio punto porcentual tras dos meses de campaña.

03/15/2025. De los otros 14 candidatos presidenciales, sólo dos obtuvieron más del uno por ciento de los votos: Leonidas Iza quedó en tercer lugar con 5.26%, y Andrea González se ubicó en cuarto lugar con 2.71%.
Tanto ellos como sus votantes serán clave en la segunda vuelta. Iza es de izquierda y había llegado a un pacto de no agresión y a algunos acuerdos políticos con Luisa González durante la campaña, lo que sugiere un posible respaldo futuro. Andrea González, por otro lado, es de derecha y mucho más cercana a Noboa. Otro factor a considerar es que los votos en blanco y nulos representaron el 9% de los votos.
Luisa González planteó dudas sobre el proceso electoral: «No confiamos en el Consejo Nacional Electoral. Tenemos una presidenta del CNE —Diana Atamaint— que no ha demostrado liderazgo ni ha garantizado reglas claras. Es esencialmente la jefa de campaña de Daniel Noboa. Por eso seguiremos impulsando esas actas retrasadas; hay 2.614 actas con inconsistencias».
Como lo reflejan los resultados de las elecciones del 9 de febrero, la sociedad ecuatoriana está polarizada, dividida en dos, de forma muy similar a lo que sucede en muchos países latinoamericanos.
Desde el auge del correísmo, con Rafael Correa como presidente entre enero de 2007 y mayo de 2017, el bloque de izquierda se convirtió en la fuerza política dominante en Ecuador. Como consecuencia imprevista, también estructuró el espacio derechista anticorreísta. De hecho, en elecciones recientes, un candidato del bando de Correa ha ganado la primera vuelta, pero siempre ha perdido la segunda. En las elecciones anteriores, la propia Luisa González experimentó esto contra Andrés Arauz.
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Ahora bien, ¿qué defiende la derecha gobernante? El Movimiento de Acción Democrática Nacional (ADN) de Daniel Noboa representa la continuidad de sus actuales políticas económicas neoliberales y la injerencia estadounidense en la política nacional.
Ecuador tiene la tasa de homicidios más alta de la región: 47 por cada 100.000 habitantes, según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado. Una de las víctimas en 2023 fue el candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien fue asesinado a tiros por sicarios. Alrededor del 45% de los asesinatos se cometieron con armas fabricadas en Estados Unidos.
Con el respaldo de la demanda pública de frenar la inseguridad vinculada al crimen organizado en general y al narcotráfico en particular, Noboa impulsa un proceso de “militarización de la sociedad”. Como resultado, goza de un fuerte apoyo del estamento militar.
Además, Noboa autorizó el despliegue del Comando Sur de Estados Unidos en las estratégicas Islas Galápagos. Ecuador ya tiene experiencia en permitir bases militares estadounidenses en su territorio. En 1998, Jamil Mahuad acordó el establecimiento de una base en la ciudad costera de Manta, donde permaneció hasta que Rafael Correa se negó a renovar el acuerdo y expulsó a Estados Unidos de Ecuador. Ahora, bajo el mando de Noboa, Estados Unidos reafirma su presencia en territorio extranjero. Naturalmente, la “gran nación del Norte” lo apoya.
Dos documentos autorizan el ingreso de buques de guerra y aeronaves estadounidenses a las Galápagos: el “Proyecto de Seguridad Integral para la Región Insular” (SOFA). “El Gobierno permitirá la adaptación o construcción de instalaciones adicionales a las ya instaladas en puertos o aeropuertos locales. Los miembros de las Fuerzas Armadas, los empleados civiles y los contratistas del Departamento de Defensa de EE. UU., así como el personal, los buques y las aeronaves estadounidenses, estarán exentos de tasas y gozarán de privilegios, exenciones e inmunidades equivalentes a los otorgados al personal diplomático”.
Además, Estados Unidos mantendrá el control disciplinario y la jurisdicción penal sobre su personal en territorio ecuatoriano. El acuerdo autoriza diversas operaciones que las fuerzas militares estadounidenses pueden llevar a cabo, principalmente por mar y aire, contra el narcotráfico, el contrabando de armas, la migración ilegal, la pesca ilegal y otras actividades del crimen organizado.*El consultor económico ecuatoriano Roberto Ruiz Blum explicó para Agenda Sur las implicaciones de la interferencia estadounidense en las Galápagos: «Es peor que una base militar, ya que una base ocupa uno o dos kilómetros cuadrados, mientras que aquí pueden usar todo el espectro radioeléctrico nacional, lo que significa que pueden interceptar todas las comunicaciones nacionales. Noboa prácticamente ha cedido todo el territorio nacional. Por eso, el gobierno de las Galápagos permite la entrada de buques de guerra estadounidenses sin ninguna reforma constitucional. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos pueden operar en Ecuador con total inmunidad».
La injerencia estadounidense probablemente continuará si Noboa es reelegido. Sin embargo, si Luisa González llega a la presidencia —perteneciente al mismo movimiento Revolución Ciudadana (RC5) que Rafael Correa—, se esperaría un cambio radical en las relaciones con la administración de Donald Trump.
Información de eluniverso.com